Friday, March 4, 2016

Las Primicias.


“Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto” (Proverbios 3: 9 y 10).

Si personalizo la lectura de este Palabra: “ Si honro a Jehová con mis bienes y con las primicias de todos mis frutos; serán llenos mis graneros con abundancia,  y mis lagares rebosarán de mosto”.

Dios dejó en Su Palabra la fórmula para que seamos prosperados, para que alcancemos la provisión que Él tiene para nosotros sus hijos, y que también de este forma su Obra crezca y se fortalezca. Es a través de las ofrendas, diezmos, primicias y pactos (votos).

Se nos dice que honremos a Dios con nuestros bienes. Lo hacemos cuando diezmamos y ofrendamos, o cuando hacemos voto o pacto especial con Dios. Pero hay un énfasis en el texto en las primicias. 

¿Qué son las primicias? Fue la primera relación que tuvo el hombre con Dios. Luego de recibir lo que la tierra le daba, reconocía la soberanía de Dios trayéndole lo primero y lo mejor de ella. 

·         Se demostraba así la fe en la sobreabundante provisión de Dios.

·         Era símbolo de dependencia. “Lo que tú me diste es la que hoy te traigo”.

·         Era símbolo de que nada es nuestro y todo pertenece al Señor.

·         Era la manera de manifestar lo que después la Ley estableció como el primero y más grande mandamiento: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, y con toda tu mente”.

Consagrar los primeros frutos y lo mejor de mis cosechas era demostrar que en mi corazón estaba primero Dios. Ese corazón agradaba a Dios y eso lo bendecía.

Vamos a Génesis 4: 1 – 5.  No existía aún la Ley ni el sacerdocio, pero los hombres se acercaban a Dios con sus ofrendas. Abel lo hizo con sus primicias. Trajo de los primogénitos de su ganado lo más gordo de ellos para Dios. O sea, trajo lo mejor. Caín al parecer hizo  sólo ofrenda, si el cuidado de traer los primores de su cosecha.

A Dios le agradó la ofrenda de Abel, y Dios lo enalteció.

Consagrar las primicias a Dios era una señal de amor y fe que agradaba a Dios (Ex. 22:29).

 

Algunos ejemplos.

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